miércoles, 12 de diciembre de 2012

Ya está a la venta!!!! En Amazon (en books, lo buscas con el título) ¿A quién le importa la cultura?
Notas acerca de la cultura para entender su complejidad y su importancia. Son artículos que abordan de manera general distintas áreas de la cultura que hacen patente la necesidad de su inclusión como parte fundamental en el desarrollo de las comunidades.Un libro para anotar links, relexiones. Búscalo en: http://www.amazon.com/quien-importa-cultura-Spanish/dp/1481093517/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1355355460&sr=1-1&keywords=%C2%BF+a+qui%C3%A9n+le+importa+la+cultura%3F

Estructuras de la memoria

El libro: Estructuras de la memoria. Apuntes sobre la ciudad está disponible en lulu.com, es una recopilación de mis artículos sobre cultura, ciudad y desarrollo.

¿A quién le importa la cultura?

En unos días estará disponible mi libro ¿A quién le importa la cultura? que contiene notas, algunas ya en este blog, sobre Cultura. No tiene la intención de abordar a profundidad el tema de la cultura pero sí dar un amplio panorama de su complejidad y su importancia. Es un libro pra invitar a la búsqueda, anotar en sus páginas comentarios y links de interés.Estará disponible en amazon.com

lunes, 22 de octubre de 2012

Ciudad y cultura urbana

Cuando la ciudad olvida a los niños, olvida a todos los ciudadanos y también se olvida a sí misma, pero si recupera la relación con los niños, si les da tiempo y espacio para jugar, si les concede la palabra, les escucha y tiene en cuenta sus ideas, tal vez pueda salvarse. Francesco Tonucci Hemos sido testigos de cómo se planea una ciudad: en función de las necesidades de los adultos, el auto en primera instancia, las compras, los servicios dirigidos a personas mayores ¿y los niños y adolescentes? Parecen haber sido olvidados. Cada vez aparece más la idea de la ciudad pensada como campo de especulación inmobiliaria, que ha sido planificada para una sola categoría de persona: varón, jefe de familia de entre veinte y sesenta años, que trabaja en una oficina, de clase media y alta, lo que genera gran parte de las malas soluciones urbanísticas, como los sistemas de transporte. Los niños y adolescentes usan la ciudad en los rincones que la ciudad les deja. Los lugares se usan como lugares de transgresión e incluso se violentan, se utilizan de manera distinta a como fueron concebidos, el centro comercial es entonces lugar de encuentro y no de compras, es lugar para correr y patinar y por consecuencia se sataniza a los pequeños porque no son los sujetos del diseño. Haga la prueba: salga a la vereda y observe cuántos niños están caminando por la ciudad sin compañía de un adulto, cuántos de ellos están en las plazas sólo acompañados por sus pares, bien lejos de todo control y vigilancia familiar; cuántos vehículos detienen su marcha para permitirles cruzar la calle sin riesgos. El pedagogo italiano Francesco Tonucci lo hizo hace tiempo y observó la misma imagen que todos podemos ver y que confirma que las ciudades ya no están en manos de los niños, y que el tránsito y la inseguridad no les han dejado demasiado espacio para el juego y la espontaneidad. “Los niños han desaparecido, los hemos excluido de la ciudad porque no permitimos que salgan de casa, que jueguen con los amigos y conquisten el mundo. Si vamos afuera ahora no encontraremos niños solos ni otras categorías que se han excluido de la ciudad: ni ancianos viejos, ni personas que se muevan en silla de ruedas”, dice Tonucci, creador del concepto “La Ciudad de los Niños”, basado en que pensar en los niños y en los jóvenes y conferirles su merecido lugar de ciudadanos nos coloca ante el desafío de gobernar con una mirada estratégica, entendiendo las políticas públicas como garantía de las nuevas generaciones y a la altura de su capacidad de cambio y sus enormes posibilidades de invención e innovación. La consigna que mejor resume el espíritu de esta propuesta es la que postula que “si una ciudad es buena para los niños, es buena para todos”. Pero de ninguna manera se trata de diseñar, desde un escritorio aquellos proyectos que parezcan más interesantes a los adultos. Por el contrario, el desafío es integrar a los mismos niños al debate y escuchar sus propuestas. En definitiva, “trabajar hacia una nueva filosofía de gobierno de la ciudad, tomando a los niños como parámetro y como garantía de las necesidades de todos los ciudadanos”, tal cual sintetiza el material de difusión elaborado por el gobierno de Santa fe en Argentina, a través del Ministerio de Innovación y Cultura que presenta a ésta como la primera provincia que asumió el desafío de construir políticas públicas para la infancia. El Gobierno de la Ciudad de México ha impulsado varios programas de apoyo a jóvenes y niños en los que se promueve su participación activa en la toma de decisiones para la Ciudad. Es así que la Ciudad de México se ha adscrito al Proyecto Ciudad de los Niños, cuya presencia se extiende ya a varios países de Europa y América Latina. La ciudad de Alcira en España, ha venido desarrollando una serie de propuestas dirigidas a los más pequeños con el fin de hacerlos partícipes de la vida cotidiana y de la actividad civil, un gran medio para educarlos en la integración social. Se creó el Consejo de niños y niñas, que se reúne mensualmente y en el que participan jóvenes de primaria y secundaria para tratar temas de interés relacionados con la vida municipal. También se fundó una radio para niños, en la que los más pequeños son el informador y el informado, un medio directo de comunicación para difundir los valores más importantes de la sociedad: sinceridad, solidaridad, bondad, dedicación. Se creó el Observatorio infantil con el objeto de canalizar y discutir demandas y sugerencias de los niños de la ciudad. Por otro lado es lamentable encontrar en la televisión programas como el de “Pequeños Gigantes” que tienden a “adultizar” a los niños sin crearles el espacio necesario para ser ellos mismos. Escudados en las capacidades “artísticas” de los niños los convierten en sujetos del espectáculo y no abonan en nada a la urgente necesidad de que los niños participen dándoles la palabra y aprendiendo de ellos. Debemos centrar la atención en nuestro futuro, que son los niños, para que ellos sean los motores de los cambios sociales. Entre las consignas fundamentales de “La Ciudad de los Niños” se establece que los niños deben ser dueños de su propia ciudad, en ella están los aprendizajes y juegos, afectos y conceptos. Cualquier intento genuino para devolver a los niños la ciudad significará una mayor valorización de lo público y una propuesta de apropiación del mismo para todas las edades. “Creo que es muy importante que la ciudad se devuelva a los niños”, dice Tonucci, consciente de que sus palabras invitan a un fuerte compromiso por parte de las autoridades que acepten sumarse a su propuesta. Pero además advierte: “la ciudad ha perdido a los niños y es grave: las ciudades sin niños son peores, nosotros sin niños somos peores y creo que, no voluntariamente pero sí de hecho, la decisión de las ciudades de excluir a las categorías débiles es para aprovechar el espacio sin tener testigos ni moderadores. Porque los niños nos miran y nos juzgan”. Aunque parece más fácil convertirlos en espectáculo.

Qué es la Agenda 21 de la Cultura

La ciudad de 2030 no se puede gestionar eficazmente desde “arriba” o desde “fuera”, sino que requiere un gobierno democrático, elegido por el pueblo, al que a su vez debe rendir cuentas. Una ciudad en donde hombres y mujeres tienen un papel paritario en la toma de decisiones. Un gobierno local que dispone de las competencias y los recursos financieros y humanos suficientes para desarrollar una política pública de alta calidad; y que colabora con otros niveles de gobierno y con municipios vecinos para desarrollar enfoques comunes por el bien de un desarrollo eficaz. Manifiesto La Ciudad de 2030, Cumbre Mundial de Líderes Locales y Regionales, México 2010. Escuchamos de manera constante el término Agenda 21 de la cultura. Se refieren a ella en debates de cultura, se discute en seminarios y se anota en artículos, se habla de implementarla en algunas ciudades, pero ¿realmente sabemos qué es? La Agenda 21 de la cultura es el primer documento, con vocación mundial, que apuesta por establecer las bases de un compromiso de las ciudades y los gobiernos locales para el desarrollo cultural. La Agenda 21 de la cultura fue aprobada por ciudades y gobiernos locales de todo el mundo comprometidos con los derechos humanos, la diversidad cultural, la sostenibilidad, la democracia participativa y la generación de condiciones para la paz. Su aprobación tuvo lugar el 8 mayo 2004 en Barcelona, por el IV Foro de Autoridades Locales para la Inclusión Social (FAL) de Porto Alegre, en el marco del primer Foro Universal de las Culturas, que contó entre sus socios principales a la UNESCO, y tuvo entre sus objetivos convertir a los gobiernos locales en agentes que puedan construir y desarrollar, conjuntamente con la sociedad civil, alternativas de gestión pública en el proceso de globalización. Este foro constituyó un importante espacio de reflexión sobre el papel de las ciudades en un mundo global. En esta ocasión participaron 120 alcaldes de diversas ciudades del mundo y miles de participantes. El alcalde de Porto Alegre, Joao Verle comentó que «las colectividades locales pueden tener una dimensión más práctica y más humana que los estados», por ello, es necesario que sus puntos de vista sean tomados muy en cuenta para encontrar soluciones a los problemas que, por ejemplo, plantea la globalización y el director general de cultura de Montevideo, Gonzalo Carámbula, destacó que «no hay participación posible si no existe libertad cultural», y espera que «la Agenda 21 se apruebe en el marco del Fórum y se convierta en herramienta imprescindible para generar un escenario que garantice la participación de todos los ciudadanos». La organización mundial Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) adoptó la Agenda 21 de la cultura como documento de referencia de sus programas en cultura y asumió un papel de coordinación del proceso posterior a su aprobación. El Grupo de Trabajo en Cultura de la CGLU, constituido en Beijing el 9 junio 2005, es el punto de encuentro de ciudades, gobiernos locales y redes que sitúan la cultura en el centro de sus procesos de desarrollo. La Agenda 21 de la cultura en la actualidad, y de acuerdo al último informe consultado cuenta con 225 ciudades adheridas a la Agenda, 27 de ellas en América (Estados Unidos no tiene ninguna ciudad adherida), Brasil es el país en América con mayor número de ciudades afiliadas y de México sólo están adheridas oficialmente: Puebla, San Miguel de Allende y Ensenada. En el programa para el periodo 2011-2013, documento que recoge las prioridades de la Comisión de Cultura de la CGLU, se anota como objetivo: Promover la cultura como el cuarto pilar del desarrollo sostenible a través de la difusión internacional y la implementación local de la Agenda 21 de la cultura. Hay 5 prioridades: Prioridad 1. Desarrollo de políticas. La CGLU y su Comisión de Cultura son reconocidos local, nacional e internacionalmente por su liderazgo en procesos que relacionan la cultura con el desarrollo sostenible. Procesos de investigación rigurosos y colaborativos son el motor de estas actividades. Prioridad 2. Desarrollo de proyectos. La CGLU y su Comisión de Cultura desarrollan proyectos específicos en el ámbito del intercambio de experiencias y buenas prácticas en materia de cultura y desarrollo sostenible. Prioridad 3. Alianzas y asociaciones. El networking y las campañas de promoción (advocacy) permiten a las ciudades tener una presencia activa en la agenda internacional sobre cultura y desarrollo sostenible. Prioridad 4. Financiación y recursos. La Comisión de Cultura, en estrecha cooperación con el Secretariado Mundial, obtiene financiación para dar apoyo a la implementación de proyectos específicos y garantizar la continuidad a largo plazo de las actividades y la Prioridad 5. Mejor gobernanza. Una comisión formada por miembros activos, con responsabilidades compartidas y muy dinámica. Una comisión que comparta las prioridades de la CGLU. Hay un aspecto que se resalta. La evaluación. Los proyectos de desarrollo local analizan y evalúan, normalmente, sus impactos económicos, sociales y ambientales, pero raramente lo son sus impactos culturales. La Agenda 21 de la cultura, en su artículo 25, promueve la implementación de formas de “evaluación deI impacto cultural de iniciativas “que impliquen cambios significativos en la vida cultural de las ciudades”. Una evaluación del impacto cultural es un documento, elaborado en un proceso de consulta con la ciudadanía y los agentes culturales, que analiza las contribuciones (tanto positivas como negativas) que un proyecto de desarrollo local podría generar en la vida cultural de la ciudad. La adhesión a la Agenda 21 de la cultura reviste de gran importancia simbólica: expresa el compromiso de una ciudad para conseguir que la cultura sea una dimensión clave en las políticas urbanas, y muestra la voluntad de solidaridad y cooperación con las ciudades y los gobiernos locales del mundo.

La ciudad como producto cultural.

“Esta percepción de la cultura como eje estructurante de la vida social se expresa en los logros alcanzados en lo que respecta al mayor acatamiento de las normas básicas de convivencia, al mejoramiento de la seguridad y al orgullo que hoy sienten numerosas personas por su ciudad”. Estos textos pertenecen al documento “Políticas Culturales Distritales (2004-2016)” de la Alcaldía de Bogotá, Colombia. La cultura y sobre todo la diversidad cultural es hoy uno de los elementos centrales de las políticas urbanas. Esta centralidad de la cultura es la que incorpora la Agenda 21 de la cultura aprobada en Barcelona en mayo de 2004 por el IV Foro de Autoridades Locales y que sirve de marco de referencia de la planificación estratégica de la cultura. De forma creciente, cada vez más ciudades promueven planes estratégicos de cultura. En muchos casos la adhesión a los principios de la Agenda 21 de la cultura se ha materializado en el inicio de un proceso de planificación cultural. Estos planes se han ido desarrollando tanto en Europa como en América Latina y se han convertido en impulsores del desarrollo de las ciudades en el territorio. En definitiva, los planes de cultura también son planes estratégicos de ciudad. La cultura puede influir en diferentes aspectos del desarrollo local como se ha visto en varias ciudades que desde hace años hab trabajado con la cultura en su agenda de trabajo: reforzando la identidad y la cohesión social, contribuyendo a la integración de las minorías y los desfavorecidos, mejorando la calidad de vida, generando empleo y contribuyendo a posicionar la ciudad de cara al exterior. Los ayuntamientos son el factor determinante, pero los ayuntamientos tienen una limitada capacidad de actuación en los diferentes ámbitos de la cultura. Por un lado, su incidencia es menor en los sectores culturalmente más relevantes como la industria cultural y mayor en los sectores menos rentables como las artes tradicionales y los servicios socioculturales. El ámbito de intervención cultural propiamente municipal es la difusión, pero se tienen que buscar fórmulas para intervenir en las fases del proceso cultural más desatendidas: la creación y la producción. Uno de los espacios básicos para la cultura son las bibliotecas, éstas transforman la información en conocimiento y deben ser consideradas como centros primarios de cultura. Ya hemos escuchado cómo en Medellín, Colombia los parques biblioteca se han convertido en verdaderos centros comunitarios y factores de cambio, en la Feria del Libro de Guadalajara, cuando Colombia fue el país invitado presentaron a un chofer de camión de basura de Bogotá que recogía libros de la basura, cuando sus compañeros se dieron cuenta le llevaban los libros que ellos rescataban, implementó una pequeña biblioteca en su casa hasta que la demanda de la comunidad y la importancia que adquirió le obligaron a abrir un pequeño local donde esta biblioteca da un servicio vital, en Dinamarca, se ha creado una biblioteca en Padborg que atiende a los camioneros con una gran oferta de libros en formato CD. Otro ejemplo de capacidad de innovación lo encontramos en la biblioteca Arbetslivsbiblioteket de Suecia que habiendo detectado que algunos usuarios no entendían las referencias bibliográficas, propuso un sistema de chat para que los usuarios pudieran plantear sus dudas a los bibliotecarios y otros usuarios. La biblioteca como centro de atención cultural primaria tiene que contribuir a evitar la brecha digital, convirtiéndose en el lugar donde se ofrece alfabetización digital y formación sobre gestión informacional, como los talleres abiertos y flexibles que se ofrecen en algunas de las bibliotecas de la red nacional danesa. Las bibliotecas tienen la capacidad de convertirse en equipamientos culturales que agrupen la información del municipio y sean centros de otros servicios como la difusión y la capacitación artística, los emprendimientos económicos, formación de adultos, asesoría a industrias culturales, es decir en verdaderos centros culturales polivalentes. En Tijuana las bibliotecas parecen haber pasado a un segundo plano y es urgente reconsiderar su papel en la comunidad. Francia, con una trayectoria más larga en lo que a equipamientos de proximidad se refiere ha puesto en marcha diferentes modelos en los últimos años. Por un lado encontramos las “friches”, antiguos recintos industriales situados en zonas generalmente deprimidas son restaurados y reconvertidos en espacios culturales que permiten a los grupos y comunidades locales reconstruir sus identidades y entrar en una cultura de la creación. El origen de las “friches” está en el encuentro entre artistas profesionales, semi-profesionales y amateurs con el objetivo de crear nuevos proyectos artísticos y sociales. La cultura se está convirtiendo cada vez más en un factor de regeneración urbana cuando no de competencia entre ciudades, que ven en la recuperación del patrimonio histórico y en la dotación de equipamientos culturales una forma de atracción de visitantes y también de residentes, así como una manera de acumular atributos de diferenciación con otros enclaves y territorios. La cultura debe ser el centro de donde partir hacia el futuro.

El paisaje cultural…como valor de desarrollo local

«El paisaje cultural se crea a partir de un paisaje natural por un grupo cultural. La cultura es el agente, la naturaleza es el medio, el paisaje cultural es el resultado». Carl O. Sauer (1889- 1975), padre de la geografía cultural norteamericana y fundador de la escuela de Berkeley, California. La conservación del patrimonio es un concepto relativamente moderno. La preocupación por la conservación del patrimonio se inicia propiamente junto a los procesos de transformación relacionados con la revolución industrial, que es cuando se dan grandes cambios en el paisaje. Hasta muy avanzado el siglo XX se manifiesta un interés mayor por el patrimonio, así como una concepción más amplia del mismo. Comienza entonces a concebirse como el lugar de la memoria, más allá de su concepción estética. Se empieza a tomar conciencia de su valor como herencia de una sociedad y de su carácter indisoluble, tanto de la misma como de su territorio. Surgen con ello nuevas instituciones, instrumentos y conceptos, como los paisajes culturales. El profesor Carl Sauer es quien profundiza en lo que denomina geografía cultural, disciplina que analiza las transformaciones del paisaje natural (en cultural) debido a la acción del ser humano, estudiando la relación cambiante entre hábitat y hábitos. En “La morfología del Paisaje” (1925) Sauer define paisaje cultural como el resultado de la acción de un grupo social sobre un paisaje natural. La cultura es el agente, lo natural es el medio, el paisaje cultural el resultado. En su artículo, “Quand souffle l’esprit des lieux” (cuando se respira el espíritu del sitio) Annete Viel explica que el territorio es un espacio vivo, con una historia que no esta fijada en el tiempo o el espacio y que evoluciona de manera natural o bien a partir de las acciones que se desarrollan. Por tanto el territorio es el reflejo de una época y un espejo de los valores de la sociedad que lo gestiona. Paisajes culturales y parques patrimoniales juegan un cometido cada vez más importante en el desarrollo territorial. Se trata de espacios comunicativos, que atesoran y transmiten información. Podríamos considerar que del mismo modo que las ciudades tienen un papel protagonista en la era de la información, dichos espacios asumen un papel cada vez más relevante como lugares comunicativos, lugares donde se vinculan historias y mensajes a espacios y formas. Toda sociedad dinámica transforma de manera inevitable el paisaje, de forma que el intento de conservar intacto un paisaje humanizado –como si de una pieza de museo se tratara- acaba resultando imposible. Así que permanecer impasibles ante el manejo irracional de nuestros paisajes o dejarlos sin intervenir no es una buena alternativa. En nuestra región contamos con áreas naturales muy importantes, entre ellas, el Valle de Guadalupe, con la gran necesidad de ser analizado y regulado bajo el principio contemporáneo de paisaje cultural por su importancia para el estado y para el país. En la perspectiva de los paisajes culturales la región del Valle de Guadalupe puede interpretarse desde posiciones interdisciplinarias diversas como lo son la historia, la geografía, la economía, la industria, los estudios territoriales, el urbanismo y la arquitectura. El concepto de paisaje cultural se aplica a un ámbito geográfico asociado con eventos, actividades, personajes históricos, asentamientos, edificios, como signos de una ocupación del territorio, que contienen valores estéticos y culturales. Joaquín Sabaté Bel, arquitecto y economista, Catedrático de Urbanismo de la E.T. S. de Barcelona comenta que el objetivo fundamental de las iniciativas más relevantes en la intervención de un paisaje cultural suele ser el de integrar dentro de un estricto respeto a las características de un territorio diferentes funciones simultáneamente: preservación, educación, esparcimiento, turismo y desarrollo económico. En la mayor parte de los casos esto se pretende hacer sentando las bases para una estrecha colaboración entre diferentes administraciones, instituciones y particulares interesados. Es común cometer algunos errores que a la larga pueden acarrear situaciones, como mínimo, contradictorias. Cuando se habla de activación del patrimonio y dinamización territorial, no sólo se debería tener en cuenta la dimensión económica y turística del patrimonio. Hablar de dinamización territorial también implica poner en valor las dimensiones sociales, culturales y educativas. Sin olvidar a las personas, ya que son éstas las que viven, disfrutan y se relacionan con su entorno Entender la activación del patrimonio tan solo desde el punto económico y turístico es un grave error. Es necesario fijar una mirada alternativa, responsable y coherente sobre el territorio, sus recursos y sus necesidades. Cada lugar, cada territorio es distinto y esto genera una gran oportunidad, ya que permite establecer miradas diversas capaces de ofrecer soluciones creativas y novedosas.

Cultura y Creatividad

“Toda la creatividad procede de la cultura, porque cuando estamos jugando creamos historias que amplían el valor intrínseco de la vida.” Jeremy Rifkin (sociólogo, economista, escritor, y activista estadounidense) Siempre he comentado que una de las consecuencias más valiosas de la cultura es la creatividad. Entendida como la capacidad de crear, de producir cosas nuevas y valiosas, es la capacidad de un cerebro para llegar a conclusiones nuevas y resolver problemas en una forma original. Carlos Alberto Churba, en el I Congreso de Cultura en Mar de Plata, Argentina, comentaba que “la creatividad es una actitud de vida, es “un vivir creador”, es un arte de vivir”. Menciona algunas de las actividades en las que se puede aplicar la creatividad: “diseñar organizaciones innovadoras, resolver problemas abiertos, lograr mayores beneficios, mejor calidad de vida, mejor calidad en la producción y beneficios económicos, mejorar los tratamientos en salud, tanto física como mental, y apuntar hacia la excelencia en la educación que tanta falta nos está haciendo”. En lo relativo a la economía, Guiomar Alonso, desde la UNESCO, nos dice que la economía creativa emerge como un nuevo paradigma que sitúa la creatividad y la cultura como motores de crecimiento económico. La comercialización del valor creativo y la innovación se presenta como una ventaja estratégica para las ciudades, las regiones y también los países en desarrollo. Bajo este enfoque se ponen en marcha acciones y políticas de apoyo a la creatividad y de cómo “hacer dinero con ideas”. Sin embargo ha habido pocos esfuerzos a escala internacional para declinar esta idea en clave de cooperación. La Alianza Global para la Diversidad Cultural de la UNESCO abre esta vía y experimenta a través de alianzas entre lo público, lo privado y la sociedad civil, nuevos modos de sostener las industrias y las empresas culturales en tanto que son plataformas de expresión de la creatividad y la diversidad. Los resultados, modestos, parecen apuntar a que en el contexto de países en desarrollo y economías en transición, el apoyo a la creatividad debería privilegiar intervenciones que permitan a pequeñas y micro empresas culturales producir, acceder a mercados y distribuir sus productos. Romina Bianchini en su artículo “Creatividad: Fortalecimiento del Capital Cultural y desarrollo de la Cultura Emprendedora” nos define la creatividad como “un proceso, porque es integradora porque integra las diferencias, las heterogeneidades, las disciplinas, las intenciones. Es universal, se aplica a todas las áreas, tiene una lógica propia y esto hay que tenerlo muy en cuenta porque si queremos fomentar el desarrollo creativo en nosotros y en los demás tenemos que entender que no alcanza manejarnos con las lógicas tradicionales”. Uno de los grandes retos de las políticas culturales reside en buscar nuevas fórmulas, fórmulas efectivas, que promocionen la creatividad, sin buscar colocarles un sello de propiedad, de pertenecer a la institución que las promueve, sino en una libertad creadora e independencia ideológica. Recordemos que vivimos en una interacción donde se intercambian imaginarios, donde el sentido estético, a partir de la creatividad, amplía los límites de las emociones y la manera de sentir de una comunidad. “He aprendido que ser creativos, originales y diversos es mejor que ser iguales” Comentario de un adolescente de 15 años del Colegio ERGOS, República Dominicana, después de participar en el programa Diversidades, el juego de la creatividad, de la UNESCO.

Cultura Visual

“En el corazón de esta videocultura siempre hay una pantalla, pero no hay forzosamente una mirada”. Jean Baudrillard Siempre se discute sobre lo que vemos. Parece un debate sin fin y cada uno parece tener, o quiere, tener la razón. Cuando vamos al cine tenemos puntos de vista distintos respecto a la película que vimos. Si vamos a una exposición de arte a unos nos parecerá excelente y a otros no tanto. Nicholas Mirzoeff, coordinador del programa de cultura visual de la Escuela Steinhardt de Cultura, Educación y Desarrollo Humano de la Universidad de Nueva York, define al mundo contemporáneo como un mundo hipervisual en el que “el significado de ser ciudadano en el siglo XXI requerirá de una alfabetización visual que será tan fundamental como la lectura, la matemática y la ciencia”. En su libro “Introducción a la cultura visual” pone el ejemplo de la palabra COME la que más adelante en otro contexto visual: COME ON! Cambia su significado, muestra un cuadro de fondo azul con nubes, lo que nos remite al cielo, en otro cuadro en blanco sólo dice la palabra CIEL (cielo en francés), un mismo significado con dos distintas formas visuales. Escribe AE0I23, ¿qué vemos? ¿Dos vocales y cuatro números? o ¿Cuatro vocales y dos números? El autor indica que de la misma forma en que los estudios culturales han tratado de comprender de qué manera los individuos buscan el sentido del consumo de la cultura de masa, la cultura visual da prioridad a la experiencia cotidiana de lo visual. La imágenes aparecen de manera aleatoria e incesante y una sustituye a la otra antes incluso de que desaparezca la anterior. Actualmente el espectáculo deslumbra a los ciudadanos, donde estos asumen un rol pasivo dentro de la cultura del consumo, no hay crítica ni análisis, solo la necesidad de adquirir, sean productos tangibles o espectáculo. En la sociedad actual, se nos convence con la imagen más que con el objeto. Ante un cambio hacia la cultura visual, sin preparación alguna, nos convertimos en analfabetas visuales y es grave porque se modifica nuestra concepción del arte, cambia nuestra percepción del tiempo y el espacio. Mayra Díaz Ordoñez en su artículo “Acerca de la Cultura Visual y la virtualidad de la imagen” comenta que “a partir del surgimiento de la fotografía, se confiere a un instrumento la posibilidad de conferir movilidad a las “formas” que con anterioridad se arrebataban a la realidad”, el espacio- tiempo adquiría una nueva dimensión. El cine reprodujo la realidad y el espacio- tiempo creaba y recreaba nuevas realidades, por lo cual la narrativa visual que había representado el tiempo cronológicamente se vio alterado al manifestar el tiempo de otra forma. Una nueva representación icónica surge. La imagen fija, el relato icónico y la imagen secuencial desarrollaron una forma narrativa diferente en donde el arte, la ciencia y la técnica se confundían. Podemos afirmar que todo ver es entonces el resultado de una construcción cultural y por lo tanto siempre un hacer complejo, híbrido. Miles de imágenes de todo tipo pasan ante nuestros ojos cada día: televisión, publicidad, Internet, prensa… Todas ellas contribuyen a nuestra cultura, nos pueden volver más sensibles o por el contrario confundir nuestro sentido estético. Si hay discusión… ¿todos sabemos ver?

Cultura contra la violencia

“no es con armamento como se erradicará la violencia que se vive en el país, sino con la construcción de espacios que impartan cultura” Marcelo Ebrard
Es seguro que ya hemos escuchado en muchas ocasiones que la cultura es un antídoto contra la violencia pero ¿Cuál violencia? Cuando hablamos de violencia, hablamos de una situación de conflicto. Y ¿Cuál es el origen? ¿Cuáles son las causas? Entre ellas podemos encontrar la pobreza, entendida por la incapacidad de satisfacer las necesidades básicas, la incapacidad de entender al otro que se traduce en la insensibilidad social, en la indiferencia, en la intolerancia. En nuestras ciudades hay síntomas alarmantes a los que hay que poner atención de inmediato. Se produce violencia en los gestos, en las expresiones diarias, en la intimidación, la no observación de las leyes básicas, como las de tráfico. Un automovilista que no respeta un alto es un síntoma más grave que la simple violación de la ley. La cultura comienza a ser una dimensión importante cuando deja de considerársele como un accesorio y se transforma en herramienta para resolver conflictos y su función es facilitar reconocimiento, pertenencia, identidad y ayuda al ciudadano a definirse a sí mismo, a reconocerse en los otros. Para ello son necesarias estrategias que permitan al ciudadano tomar decisiones libremente, basadas en el respeto a la diferencia, la eliminación de la discriminación. Buscar la convivencia y la seguridad. La seguridad ciudadana es uno de los componentes importantes en el bienestar colectivo porque abarca temas críticos como la violencia y la criminalidad. Toda política tendiente a mejorar los espacios de convivencia de los ciudadanos conlleva resultados positivos en la calidad de vida por medio de logros en tolerancia, respeto y comunicación. Había ya escrito antes que en el estudio sobre percepción de seguridad, victimización y cultura ciudadana: sus relaciones en cinco contextos iberoamericanos, José Ignacio Ruiz de la Universidad Nacional de Colombia y Luis Alfredo Turcios de la Universidad Tecnológica de El Salvador advierten que el miedo al delito es uno de los temas sociales a los que debe dar respuesta la política de los países, por sus posibles repercusiones en los ámbitos públicos de la salud, la economía y la interacción de los ciudadanos con el sistema de justicia. Niveles altos de miedo al delito pueden afectar la conducta social en el espacio público, alimentar los sistemas de vigilancia privada, las formas privadas de justicia y amenazar la democracia a favor de alternativas que prometen seguridad. Este trabajo halló que una mayor Cultura Ciudadana se asocia principalmente con mayor satisfacción con la policía, con mejor balance de clima emocional, menos temor al delito y, en menor grado, con menor victimización personal. Retomando la definición de cultura emitida en la Conferencia Mundial sobre Política Cultural, realizada en México en 1982, como "el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan una sociedad o grupo social. Ello engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias", en otras palabras, cultura es todo lo que hacemos, es todo lo aprendido a través de la socialización, es el comportamiento que se refleja a través de las tradiciones, costumbres, idiosincrasia, etc. y que surge en la medida que las sociedades evolucionan, por lo tanto, es una expresión cambiante, a la vez que es interdependiente, es un reflejo de la estructura económica y permite a los individuos miembros de una sociedad diferenciarse de los otros, identificarse con los propios, llevando de esa manera a la formación de una conciencia individual y social. Es la manera total de vivir de un pueblo, el legado que el individuo recibe de un grupo. Resumiendo todo lo anterior, la cultura es un lugar de encuentro que permite el diálogo con la diversidad, es, a su vez, un espacio de búsquedas colectivas y la formulación de un proyecto futuro para los grupos humanos teniendo la paz como un objetivo básico.

Paisaje Cultural-Museo del Vino

"La interpretación es una actividad educativa que pretende revelar significados e interrelaciones a través del uso de objetos originales, por un contacto directo con el recurso o por medios ilustrativos, no limitándose a dar una mera información de los hechos". Freeman Tilden El Patrimonio Cultural local engloba un conjunto de elementos y de valores que lo configuran como un factor clave para dinamizar y potenciar el entorno socioeconómico, actuando, por un lado, como medio de atracción de personas, de capital y de actividades económicas generadoras de valor añadido y de empleo, y por otro, como instrumento de mejora de la calidad de vida en esas zonas. Este patrimonio incluye bienes tangibles e intangibles, actividades y conocimientos, y abarca desde lo arquitectónico hasta la forma de hablar, desde las artes hasta el paisaje, etc. Por ello es imprescindible identificarlo y fomentar sus valores y conservación, pero también su inclusión en el desarrollo socioeconómico de su entorno. Este patrimonio es también fundamental para el refuerzo de las señas de identidad social, por lo que las políticas destinadas a su fomento deben ayudar a crear y encauzar las iniciativas de desarrollo, o abrir nuevos campos de trabajo contribuyendo a incorporar a estos colectivos con visiones nuevas y críticas. Otro de los retos de las políticas patrimoniales es encontrar los nexos de unión cultural entre los ámbitos, rurales y urbanos. La identificación del progreso con los medios urbanos ha motivado una profunda crisis de identidad en las sociedades rurales. Por el contrario, estos elementos pueden servir como referencia para crear modelos de desarrollo alternativos, sobre todo mediante su uso como elemento potenciador de las culturas locales. El proyecto de un Museo del Vino en el Valle de Guadalupe es un paso importante en este nexo de unión cultural entre los ámbitos rurales y urbanos donde es sumamente importante, en este caso y en todo museo, el proceso de interpretación. Jorge Morales Miranda, experto en interpretación lo define como “ un proceso de comunicación estratégica que ayuda a conectar intelectual y emocionalmente al visitante con los significados del recurso patrimonial visitado para que lo disfrute y aprecie”. Cuando hablamos de interpretación se plantean tres aspectos (Morales y Ham 2008): 1) “les voy a brindar una visión de ese algo, basada en el conocimiento científico” (la materia prima), 2) “les voy a traducir para que comprendan mejor ese algo”, y 3) “les voy a hacer pensar con respecto a ese algo”.y en su cuarto principio: La interpretación no es instrucción, sino provocación (provocación del pensamiento). Se trata en fin de conectar emocionalmente al público con los significados del patrimonio, que se involucre y se comprometa y la experiencia sea más gratificante y enriquecedora. Y si bien ya hay cuestionamientos de este proyecto: hay quien afirma que este tipo de proyectos no son detonadores de la economía regional, que sólo se exhibe la conveniencia política del vino…un museo del vino va más allá de esto. Se trata, esperando que así se haya concebido, de un proyecto vivo, que involucre a la comunidad, que comprometa al visitante, que se extienda más allá de sus límites físicos, que eduque y promueva la cultura del vino, que promueva el entendimiento del paisaje cultural como vía de proceso que sí detona la economía, que sí incide en la identidad y que sí influye en el futuro de la región.

La cultura…Entre lo indefinible y la ausencia

“El diálogo entre operadores culturales e inversores se asemeja a una boda entre una carpa y un conejo: implica a personas que no están acostumbradas a trabajar juntas”, Frédéric Bouilleux. Cultura. Del Lat. Cultūra. 1. f. cultivo. 2. f. Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico. 3. f. Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. La Organización de las naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura-UNESCO establece que “como mostró el fracaso de los proyectos implementados desde los años 70, desarrollo no es sinónimo de crecimiento económico. Hay un medio de acceder a una vida intelectual, afectiva, moral y espiritual satisfactoria: el desarrollo como tal es inseparable de la cultura. El refuerzo aportado por la cultura al desarrollo sostenible es un objetivo que se inició en el marco del Decenio Mundial para el Desarrollo Cultural (1988-1988). Desde entonces, se han llevado a cabo progresos gracias a un marco normativo de conjunto y a instrumentos de demostración: estadísticas culturales, inventarios, y cartografía nacional y regional de los recursos culturales. El reto consiste en convencer a los políticos responsables de las decisiones y a los actores sociales locales de que integren los principios de la diversidad cultural y los valores del pluralismo cultural en el conjunto de las políticas, mecanismos y prácticas públicas, especialmente gracias a la colaboración del sector público/sector privado. Se trata de anclar la cultura en todas las políticas de desarrollo, ya conciernan a la educación, las ciencias, la comunicación, la salud, el medio ambiente o el turismo, y de sostener el desarrollo del sector cultural mediante industrias creativas: así, a la vez que contribuye a la reducción de la pobreza, la cultura constituye un instrumento de cohesión social”. Lo anterior lo hemos podido constatar en varias ciudades del mundo donde la dimensión cultural “envuelve” por decirlo de alguna manera la dimensión política, la dimensión económica y la dimensión social, dándoles un sentido, gestando una nueva ciudadanía más crítica, más participativa y más responsable. La inversión en cultura ha dado grandes dividendos para aquellos que han entendido su importancia en las comunidades, si observamos revistas de desarrollo económico, la cultura está ausente, como si ésta fuera un complemento de la sociedad que pudiera estar o no presente en el desarrollo. La misma ausencia se percibe en los discursos políticos o las posturas tecnológicas y científicas. “Lo cultural” va más allá de lo que se diseña en las oficinas o dependencias específicamente culturales y se vuelve indispensable “culturizar” los planes estratégicos y las visiones de futuro de la ciudad. La sociedad civil también debe asumir su parte y tener un protagonismo que alcance un nivel de actividad y de presencia que las estructuras de gobierno no pueden asumir. La definición de cultura puede no importar tanto, la ausencia, sí preocupa. Como efecto, la cultura es la parte fundamental de nuestra visión del mundo, pero como causa, da lugar a cambios inimaginables de actitud que garantizan, por ejemplo, la paz y el desarrollo, o simplemente para mantener con vida el planeta, o simplemente modificar nuestra percepción del entorno. Termino con el pensamiento de Jordi Martí en la Agenda 21 de la Cultura: “La cultura no puede desarrollar su dimensión constituyente sin una participación ciudadana más profunda, sin abordar los mecanismos de construcción de la identidad, sin implicar la nueva ciudadanía procedente de las migraciones recientes, sin valorizar la solidaridad para con nuestros conciudadanos, sin incorporar las identidades múltiples y en evolución, sin priorizar la educación y la cultura como aspectos transversales de la vida de las personas”.

Gestoría cultural…o el hacer que las cosas sucedan.

“Vivimos tiempos en los cuales las actividades culturales están íntimamente vinculadas a la figura del gestor cultural”. Jorge E. Padula Perkins. Últimamente hemos escuchado de manera constante el término “gestor cultural”, muchos se lo adjudican libremente, otros lo son y nunca lo mencionan, muchos más no tienen idea qué significa. Gestión: del latín gestĭo, el concepto de gestión hace referencia a la acción y al efecto de gestionar o de administrar. Gestionar es realizar diligencias conducentes al logro de un fin o de un deseo cualquiera. Administrar, por otra parte, consiste en gobernar, dirigir, ordenar, disponer u organizar. Cultural adj. Relativo a la cultura. Yo siempre la he descrito como la acción para que las cosas sucedan en materia de cultura. ¿Cuándo se reconoce la gestión cultural? Hacia 1959 tiene lugar el primer ministerio de cultura en Francia, bajo la dirección del también primer llamado promotor cultural André Malraux. Desde 1983 la Dirección General de Promoción Cultural-DGPC, en México, ya contaba con cursos para la capacitación de promotores culturales, hacia 2001 CONACULTA realiza seminarios, cursos , diplomados y un posgrado virtual de gestoría cultural. En varios puntos del país podemos encontrar actualmente licenciaturas y maestrías en gestión cultural. Sin embargo el término no acaba de entenderse ni de reconocerse, Tulio Hernández, reconocido Sociólogo, especializado en temas de Cultura y Comunicación, comenta que “el hecho de que lo cultural no sea un aparato en el sentido que lo son, por ejemplo, lo educativo, lo mediático e, incluso, la salud pública y que, por tanto, no haya generado, al menos en América Latina, sistemas confiables de seguimiento estadístico de sus realidades; la innegable circunstancia de que las escalas de necesidades en el campo de la cultura no tienen la contundencia, la visibilidad o el rango de amenazas que generalmente adquieren en otros campos (no hay epidemias, como en la salud; ni cifras para todos alarmantes, como las de analfabetismo o deserción escolar, en educación), son factores que en su conjunto hacen creer que la gestión de la cultura no requiere de los mismos “insumos” de realidad que otras esferas. Una cierta tradición romántica, voluntarista o bellartística hace que todavía muchos subestimen en la gestión cultural los instrumentos propiamente gerenciales, de desarrollo organizacional, o de investigación empírica que hoy son moneda común en cualquier otro tipo de intervenciones públicas”. Del Portal de la Organización de Estados Iberoamericanos-OEI extraje sólo algunas de las habilidades y competencias generales de los gestores culturales: El gestor cultural requiere un nivel de comprensión de los procesos culturales y tendencias que se desarrollan en el mundo de la cultura y el arte y los nuevos enfoques de los estudios culturales en el ámbito internacional. La evolución de los hechos reclama una capacidad de prospectiva y anticipación a los escenarios cambiantes de nuestra sociedad, concretamente en los procesos culturales y adaptación a los nuevos contextos de mundialización a partir del conocimiento de nuevos lenguajes y nuevas formas expresivas La propia realidad de la acción profesional de la gestión de la cultura reclama una competencia en objetivar su actividad y diferenciarla de otros sectores con los que la cultura está relacionada. La gestión de la cultura exige una gran capacidad de situarse en un contexto social y político determinado, tanto desde la dimensión institucional, económica como legislativa. La gestión de proyectos de cooperación exige trabajar y negociar permanentemente con contrapartes, socios o colaboradores de diferentes realidades nacionales a través del instrumento del proyecto de cooperación. Dinámica que necesita de sistemas de corresponsabilidad y cogestión que permitan el desglose de la acción del proyecto en actividades compartidas y resultados conjuntos. Habilidad en el trabajo en la metodología de trabajo en estructuras en red interna de la organización como a escala externa de diferentes realidades Comprensión de los conceptos de empresa / organización red y de los nuevos métodos de producción y comercialización de productos culturales en estos contextos. Requerimos de un debate abierto para revisar nuestras miradas internas, nuestras prácticas habituales, nuestro imaginario social, para poder realizar los cambios necesarios a través de la gestión cultural, que al fin la meta es la transformación social de la comunidad.

sábado, 17 de marzo de 2012

SocióPolis


¿Cómo será la sociedad que se asoma a este tercer milenio? ¿Qué significa hoy la ciudad? / Bienal de Venecia



En medio de un debate sobre la ciudad, con sus incongruencias y las interpretaciones erróneas de la sustentabilidad y el manejo equivocado de lo “verde” que generalmente termina en elementos cosméticos, encontramos esfuerzos realmente importantes como SocióPolis, un proyecto impulsado por la Generalitat Valenciana para la construcción de un nuevo modelo de barrio de vivienda asequible, siguiendo a la tradición moderna de investigar y proponer nuevos entornos habitables que respondan a la sociedad de cada época. Vicente Guallart , Director del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña comenta que “ante una sociedad global, cada día más uniformizada, el reconocimiento de los valores culturales y paisajísticos propios de cada territorio en una cuestión fundamental para transferir calidad de vida a sus ciudadanos y afirmar una identidad propia que permita obtener una ventaja competitiva” y afirma lo que no vemos en nuestro medio: que “más que construir viviendas, debemos crear entornos habitables en los que se resuelvan las diferentes cuestiones que garantizan la habitabilidad de los ciudadanos a diferentes escalas: el barrio, los edificios y las viviendas. Sociópolis como actuación integrada que es, permite proponer un nuevo modelo de desarrollo urbano "disdenso" (discontinuo y denso), en el que la ciudad y el parque se construyen como un todo, en el que sus edificios resuelven nuevas cuestiones funcionales, tecnológicas, y ambientales, y proponen tipologías de viviendas especificas que responden a las necesidades de las unidades familiares de nuestro tiempo. El proyecto SocióPolis promueve la construcción de viviendas sociales que respondan a las necesidades de las nuevas unidades familiares (como jóvenes emancipados, personas mayores, familias monoparentales, etc.), tanto en propiedad como en alquiler, en un entorno urbano calidad en el que las zonas verdes y los equipamientos estimulan la interacción social y la arquitectura de calidad impulsa la excelencia urbana. Dietmar Steiner, director del Arkitertur Zentrum de Viena dice que “el enfoque socialmente integrador de SocióPolis es nuevo, está muy conectado con la arquitectura socialmente comprometida e incluso experimental. Se está desarrollando la imagen de una ciudad con la última tecnología de construcción, que integra la tecnología de la información contemporánea y sitúa las viejas prioridades de mezcla e integración funcional en un nuevo contexto.
SocióPolis ha logrado un avance urbanístico decisivo, aunque como defensores del "paisaje urbano" -un término que se ha situado cada vez más en primer plano del debate en los últimos tiempos. El enfoque inicial consistió en mirar la ciudad más como un modelo integrador del sector público y el privado, y la clave consistía también en conectar espacio urbano y espacio natural. Cuando la propia ciudad es vista subsiguientemente como paisaje, entonces sólo hay que dar un pequeño paso más para integrar las cualidades del campo, de las tierras agrícolas y también de la propia ciudad”. La oportunidad que parece que estamos a punto de perder, y que habíamos comentado hace unos años, de contemplar el trinomio Tecate-Tijuana-Rosarito desde la perspectiva de paisaje urbano es precisamente lo que SocióPolis promueve. Izaskun Chinchilla, Profesora Asociada de Proyectos en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid sintetiza claramente el problema actual: “Observando la arquitectura reciente, casi a nivel mundial, es fácil concluir que la sostenibilidad juega papeles muy distintos en el proceso de proyección de los diferentes arquitectos. Es una moneda extranjera, el comodín de una baraja oriental o un fetiche mal catalogado. La usamos, la intercambiamos, la acompañamos de argumentos pero no sabemos con precisión cuánto vale ni para qué sirve. Algunos han usado la sostenibilidad como excusa. Es decir, han ocultado una baja calidad arquitectónica bajo premisas verdes que se han convertido en argumento absoluto y en móvil demagógico. Tendemos a no comprar los libros que se titulan "Green Architecture" porque describen edificios horribles tardorománticos, nostálgicos o inflamados tecnológicamente. Otros arquitectos la sazonan con timidez como elemento decorativo en un gran menú de diseño sin constatar que la sostenibilidad no es como un buen vinagre sino como la estructura general de una dieta. Es decir, las fachadas llenas de hierbitas, las cubiertas con flores y los sombreritos de captación fotovoltaica son guiños que se agradecen pero que nunca remediaran los excesos de una dieta rica en grasas”. Se hace necesario iniciar un debate cuantitativo y cualitativo en torno a los elementos más importantes con el propósito de acercarnos a un desarrollo sostenible en nuestra región. Concentrando esfuerzos en áreas no prioritarias, invirtiendo en soluciones inmediatas de corto plazo, no abriendo espacios de reflexión, el futuro se vislumbra nebuloso. Termino con este comentario: SocióPolis es un asunto tras el cual surge la posibilidad de que exista la política, de que la arquitectura provoque un acontecimiento público.

Las exposiciones como lugares de encuentro.


“Los museos están a medio camino entre Disneylandia y la Iglesia”. Mijaíl Piotrovsky, director del Ermitage.

Samuel morales, investigador del Instituto de investigaciones estéticas de la UNAM, escribe en la presentación de las memorias del ciclo de conferencias Pláticas a Detalle, que están a punto de salir al público, y que se llevan a cabo en el Centro Cultural Tijuana donde se han presentado curadores, artistas y directores de museos, que los lugares de exposiciones en la actualidad requieren ser más polisémicos, esto es, que “el Museo actual está llamado a ser un lugar de encuentro, un laboratorio, un espacio abierto a nuevas posibilidades. Todo lo que el Museo realice a favor de la polisemia, abrirá los canales de recepción e interpretación de los públicos. En este sentido las conversaciones con artistas, los paneles de discusión con gente del arte y especialistas de otras disciplinas favorecerá la generación de lecturas múltiples. Lo importante es que el público no solo escuche sino manifieste una posición activa a través de la replica, el disentimiento, la duda, la pregunta, la opinión propia argumentada; y a su vez el museo se abra no solo a mostrar objetos artísticos, contextualizados o procesos cerrados sino permita que el público participe y actué en la configuración de discursos y procesos. Mijaíl Piotrovsky, director del museo del Ermitage, en San Petersburgo, Rusia, en una reciente entrevista comenta que las decisiones guiadas por el arte, en la política, son provechosas, incluso en la economía, hablando de la importancia de los museos. Y afirma que debemos acercarnos más a lo sagrado del espacio expositivo porque nos hemos movido demasiado al espectáculo. Y escuchamos con frecuencia esta tendencia de convertir las exposiciones en un asunto teatralizado y dejarlas a un lado como espacios de reflexión y encuentro. En donde entra en juego la perspectiva de la teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner, clave en el diseño museográfico, donde se dice que cada uno de nosotros necesita realizar distintas actividades para poder pensar, por ejemplo, algunos lo harán con palabras, otros con imágenes, otros manipulando cosas, otros a través de estructuras lógicas y otros confrontando ideas en un diálogo con otros. Esto permite ampliar de manera significativa el rango de posibilidades expresivas e invita y permite la experimentación en lo que concierne a la comunicación. Colin Tweedy, director de Art & Business en Reino Unido, en otro artículo reciente afirma categóricamente que “las visitas masivas matan al arte” y predice el fin de las macro exposiciones porque han enterrado el placer estético. Y en concordancia con Piotrovsky, hay que cuidar la participación de las empresas en las exposiciones, y dice que poner un anuncio de Coca Cola en un palacio de Venecia no es un patrocinio, es pagar por un anuncio. Habla que no todo vale para tener dinero para la cultura, se corre el riesgo de convertirla en espectáculo, como lo mencionamos con anterioridad. Las empresas deben involucrarse con el arte de una manera más profunda desde el potencial del arte como un ejercicio comunitario. Las prácticas del arte están cambiando al ritmo que cambia la sociedad y sus preferencias, al ritmo que cambia el público como consumidor del arte, dentro o fuera de un edificio o espacio público. El arte debe generar encuentros, como lo comenta Samuel Morales, posibilidades de relación y nuevas dinámicas que acerquen al observador, el artista y el mismo espacio. Es interesante cómo en la ciudad de Tijuana, comienzan a generarse acciones en torno al arte que permiten generar discusiones, acciones, intercambios de ideas, en una palabra una mayor interacción del ciudadano con el arte. Como dice Nicolas Bourriaud, en su estética relacional, que “no se puede considerar a la obra contemporánea como un espacio por recorrer (donde el "visitante" es un coleccionista). La obra se presenta ahora como una duración por experimentar, como una apertura posible hacia un intercambio ilimitado. La ciudad permitió y generalizó la experiencia de la proximidad: es el símbolo tangible y el marco histórico del estado de sociedad. El arte es el lugar de producción de una sociabilidad específica: queda por ver cuál es el estatuto de este espacio en el conjunto de los "estados de encuentro" propuestos por la Ciudad. ¿Cómo un arte centrado en la producción de tales modos de convivencia puede volver a lanzar, completándolo, el proyecto moderno de emancipación? ¿De qué manera permite el desarrollo de direcciones culturales y políticas nuevas?”. De nuevo el arte como el medio para una nueva utopía.

Ciudad, seguridad y cultura


La planificación urbana se diluye en mera anécdota si no la entendemos como aquel proceso que permite ordenar y construir ciudad, poniendo en relación espacio urbano y social en el tiempo. Algunas ciudades (Barcelona, Curitiba, Medellín, Rosario) lo entendieron así en algún momento de su historia. No se trata de ciudades perfectas, ni menos aún de gobernanzas inmaculadas, se trata de entender que la ciudad es una construcción compleja en el tiempo y que su transformación debe establecerse a partir del consenso de los que habitan diariamente para proyectar objetivos comprometidos con el futuro. Celina Caporossi, catedrática de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

En el estudio sobre percepción de seguridad, victimización y cultura ciudadana: sus relaciones en cinco contextos iberoamericanos, José Ignacio Ruiz de la Universidad Nacional de Colombia y Luis Alfredo Turcios de la Universidad Tecnológica de El Salvador advierten que el miedo al delito es uno de los temas sociales a los que debe dar respuesta la política de los países, por sus posibles repercusiones en los ámbitos públicos de la salud, la economía y la interacción de los ciudadanos con el sistema de justicia. Niveles altos de miedo al delito pueden afectar la conducta social en el espacio público, alimentar los sistemas de vigilancia privada, las formas privadas de justicia y amenazar la democracia a favor de alternativas que prometen seguridad. Este trabajo halló que una mayor Cultura Ciudadana se asocia principalmente con mayor satisfacción con la policía, con mejor balance de clima emocional, menos temor al delito y, en menor grado, con menor victimización personal. Retomando la definición de cultura emitida en la Conferencia Mundial sobre Política Cultural, realizada en México en 1982, como "el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos, que caracterizan una sociedad o grupo social. Ello engloba, además de las Artes y las Letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias", La Ley General de Cultura de Colombia la define así: "Cultura es el conjunto de rasgos distintivos, espirituales, materiales, intelectuales y emocionales que caracterizan a los grupos humanos y que comprende, más allá de las artes y las letras, modos de vida, derechos humanos, sistemas de valores, tradiciones y creencias". En otras palabras, cultura es todo lo que hacemos, es todo lo aprendido a través de la socialización, es el comportamiento que se refleja a través de las tradiciones, costumbres, idiosincrasia, etc. y que surge en la medida que las sociedades evolucionan, por lo tanto, es una expresión cambiante, a la vez que es interdependiente, es un reflejo de la estructura económica y permite a los individuos miembros de una sociedad diferenciarse de los otros, identificarse con los propios, llevando de esa manera a la formación de una conciencia individual y social. Es la manera total de vivir de un pueblo, el legado que el individuo recibe de un grupo. Resumiendo todo lo anterior, la cultura es un lugar de encuentro que permite el diálogo con la diversidad, es, a su vez, un espacio de búsquedas colectivas y la formulación de un proyecto futuro para los grupos humanos. Por otro lado y para dejar claro los términos llegamos al concepto Cultura Ciudadana, puesto en marcha por el entonces Alcalde de Santa fe de Bogotá y ex candidato presidencial en las pasadas elecciones en Colombia, Dr. Antanas Mockus en su primer período de gobierno municipal (1994-1997), y se materializó en el plan de desarrollo "Formar Ciudad" como una de las seis prioridades del mismo. Desde entonces, la Cultura Ciudadana ha sido entendida como el conjunto de los comportamientos, valores, actitudes y percepciones que comparten los miembros de una sociedad urbana y que determinan las formas y la calidad de la convivencia, influyen sobre el respeto del patrimonio común y facilitan o dificultan el reconocimiento de los derechos y deberes ciudadanos. Encontramos varios planes que abordan el concepto de cultura ciudadana: El Programa Cultura Viva: Hacia una seguridad sostenible en la Delegación Venustiano Carranza, en la ciudad de México en 2006 y que toma como fundamento básico la Seguridad sostenible: políticas que consideran la desigualdad social como la causa fundamental del delito y buscan minimizar todos los tipos de exclusión (territorial, social, cultural, de edad, género, etc.). Se concentra en la atención de las causas del delito como una medida que en el largo plazo puede transformar positivamente la sociedad. En seguridad sostenible se privilegian 4 áreas de trabajo: Urbanismo, promoción de la cooperación de los habitantes en la cualificación de los espacios públicos y la mejora de la vivienda, así como la regeneración del hábitat en zonas marginales para proporcionarles visibilidad y dignidad. Cultura, creación de un ambiente de seguridad mediante actividades para la población que favorezcan la integración ciudadana. Acción socioeconómica y educativa, acciones preventivas tendientes a generar empleo in situ, disminuir la deserción y ausentismo escolar, generar programas de formación para los sectores más vulnerables de la población. Innovación política y legal, cambios normativos, organizativos y de gestión, propios de la modernización administrativa, enfocados al acercamiento del gobierno local a la gente y la resolución de los problemas. El plan de Desarrollo 2001-2004 "Bogotá para vivir todos del mismo lado", contempló como uno de los seis objetivos del plan, el objetivo de Cultura Ciudadana. En Medellín, Colombia el actual alcalde con un fuerte convencimiento de la necesidad de presencia institucional en los barrios, y como un refuerzo a la Cultura Ciudadana, dijo: “estamos decididos a no dejar ni un rincón de la ciudad solo”. Y agregó: “Caminaré esta ciudad, rincón por rincón, para identificar dónde están las bandas delincuenciales” y lanza el proyecto de los centros de atención inmediata, los CAI Periféricos, espacios técnicamente funcionales que se convierten en nuevos referentes urbanos, los cuales a su vez dignifican y generan sentido de pertenencia entre los habitantes de los sectores donde se localizan. De esta manera, la Administración Municipal actual contribuye a generar sentido de pertenencia de los residentes con sus zonas de influencia, y la arquitectura se vuelve plataforma para que los ciudadanos tengan un espacio para la cultura, el civismo, y el sano esparcimiento. Servirán de apoyo a los organismos de seguridad y de justicia para prevenir y contrarrestar las actividades delictivas y promover la convivencia en la ciudad. Se caracterizan por estar ubicados en el perímetro urbano de la ciudad y por el faro o chorro de luz dirigido hacia el cielo. Por su ubicación estratégica facilitará que las autoridades tengan una visual amplia de diferentes sitios de los barrios y así poder actuar de manera rápida para atender los requerimientos de seguridad de la ciudadanía. Los CAI Periféricos (Centros de Atención Inmediata) parten del concepto arquitectónico de “edificios públicos como íconos barriales” donde la arquitectura es también protagonista en el paisaje y se generan referentes de ciudad que dinamizan los barrios. En fin, encontramos que en lo que respecta a la ciudad, seguridad y cultura la diferencia la hace el concepto y la acción, actuar… hacer… es la diferencia.

La ciudad es la sociedad construida


…no hablo de la ciudad sino de aquello en lo que a través de ella nos hemos convertido.
Rainer-María Rilke, Diario Florentino


Quiero compartir una anécdota que relata la escritora Elvira Lindo en el diario El País a propósito de su participación en la Feria del Libro de Guadalajara. Nos comenta de su fortuna de compartir mesa redonda con José Alberto Gutiérrez, conductor de un camión de basura en la ciudad de Bogotá, Colombia. Narra José Alberto que mientras hacía su recorrido habitual, vio que en el suelo alguien había dejado un ejemplar viejo de una novela de Tolstoi. Se lo llevó a casa. Su señora modista, se encargó de restaurarlo amorosamente, como quien zurce una prenda delicada. De pronto se le ocurrió a José Alberto la idea de recoger todos los libros que encontrara en su paso. Sus colegas barrenderos ayudaron en esta tarea sirviéndole de cómplices. Le gritaban “! José, libros!” y se los colocaban en el asiento de al lado. A la fecha José ha recogido miles de volúmenes que han pasado por las manos de su esposa. En un primer momento colocaron los libros en la planta baja de su casa. Allí empezaron a acudir mujeres y niños de su barrio, cuando los libros no cabían consiguió otros tres locales que se convirtieron en bibliotecas. La biblioteca fue apropiadamente bautizada “La Fuerza de las Palabras". Era la primera vez que José se subía en un avión y era la primera vez que José hablaba en público su experiencia. En su biblioteca hecha de libros tirados por otros hay una colección de ocho tomos sobre la primera y segunda guerras mundiales, un par de enciclopedias completas de Salvat y Cumbre, y antologías exclusivas de obras de Borges y Cortázar. José Alberto explica que “lo único que me interesa es que se acabe la ignorancia en este planeta. Y cuando acabe la ignorancia, seguramente va a haber paz en el mundo”. La construcción de un espacio igualitario en la ciudad supone ir contra corriente, vencer muchas resistencias, desde la falta de crítica y el menosprecio de los problemas sociales generados por el modelo urbano actual. Es necesario ir actuando simultáneamente sobre todas las fases del proceso para poder invertirlo. Partiendo de la propia ciudadanía desde donde debe surgir la crítica al modelo de ciudad, incidiendo en el marco legislativo y normativo para que acoja los cambios necesarios e interviniendo en la planificación urbana y territorial en todas las escalas. Una nueva forma de pensar la ciudad, de pensar sobre la calle y sobre la vivienda va a conducir a nuevas propuestas y actuaciones. El cambio en la percepción de las necesidades, la nueva jerarquía de valores y, sobre todo, el objetivo prioritario de construir un espacio a la medida de todos, conduce inexorablemente a fórmulas distintas de las que actualmente se están manejando y a plantear actuaciones novedosas tanto en la construcción del espacio público como privado, donde el ciudadano es el motor principal de las acciones. Al respecto celebro la iniciativa de Reacciona Tijuana, que pasa a otra etapa de trabajo en coordinación con el GET, el apoyo de SEDESOL, Tijuana Calidad de Vida, Fundación que Transforma, alumnos de la UPN, alumnos de artes plásticas de la UABC, amigos y voluntarios, donde las acciones colectivas generan cambios importantes en el entorno. Y la frase de Reacciona Tijuana: “Hay que sumar, para demostrar que funciona un proyecto que surge de las necesidades reales de la gente”, lo dice claramente. Paco González en Ciudad Viva lo aclara: “Las distintas prácticas de los ciudadanos son las que redefinen el propio concepto de ciudad y ponen en crisis las convenciones históricas de la ciudad. Es en estas prácticas dónde encontraremos respuestas para esta crisis”. Más “José Albertos” en la ciudad.

El poder de la imaginación


“Sentir arraigo es probablemente la necesidad más importante y menos reconocida del alma humana.” Simone Weil

Hay una tendencia a confundir la participación pública con el empoderamiento de la comunidad. La participación envuelve actividades como compartir información sin que esto involucre toma de decisiones del ciudadano. Por otro lado el empoderamiento supone compartir el poder de decisión entre iguales. Alguien ofrece compartir el poder de tomar decisiones y esta parte debe contar con el deseo, las herramientas y la base legal para compartir ese poder. Puede darse el caso de dos organizaciones que deciden compartir el poder de decisión para lograr un fin común. El empoderamiento, precisamente, fue el eje principal sobre el que se basó el proyecto Imaginando Durban: diversos actores dispuestos a compartir el poder y asumir riesgos, con un sentido de apertura a las ideas, a la experimentación y cometiendo errores, entendiéndolos como parte del proceso, lo contrario a una postura burocrática de protegerse la propia cabeza o cubrirle las espaldas al otro. Durban, una población enclavada en el municipio de eThekwini, en Sudáfrica, que ante la inminente Copa Mundial 2010 de fútbol soccer y siendo elegida sede de la misma, decide implementar un plan a partir de reconocer que las futuras ciudades son el resultado de imaginarlas, y creando una liga entre la imaginación y la planeación con acción lanzan Imaginando Durban, un proceso de aprendizaje continuo a través de la acción. Ya tenía antecedentes de una ciudad preocupada por su futuro: En 1998, ganó el premio de la Organización de las Naciones Unidas a la Ciudad Mejor Administrada de África. El reto fue transformar Durban en una ciudad verdaderamente sustentable esforzándose por alcanzar áreas y temas estratégicos:
Crear una ciudad más segura,
Asegurar una ciudad más ecológicamente sustentable.
Promover una ciudad más accesible.
Crear una ciudad donde todos pudieran disfrutar de barrios sustentables.
Fomentar una ciudad más solidaria y empoderada.
Celebrar la diversidad cultural de la ciudad, su historia y su herencia.
La ciudad deja su experiencia en una publicación llamada El poder de la Imaginación, plan a largo plazo para la sustentabilidad de la ciudad, una crónica del proceso que incluye 50 lecciones desde Durbam. Hay dos observaciones importantes hechas por el Centro Internacional de Ciudades Sustentables-ICSC, con sede en Canadá, socio estratégico del proyecto: la primera que la esencia de un plan de largo plazo debe partir del futuro deseado para la ciudad, más que en estadísticas y escenarios previamente construidos. Ver la ciudad en una perspectiva de 50 a 100 años o varias generaciones se requiere para una visión de la ciudad, una perspectiva a 30 años para elegir las estrategias a seguir y un plazo de 5 años para planes concretos con presupuesto y programas y la segunda es la necesidad de demostrar acción mientras se construye la visión para construir confianza en la ciudadanía. Muchas veces los procesos de la participación pública están llenos de metas y aspiraciones que levantan expectativas y al final terminan en archiveros o mamparas de exhibición destruyendo la confianza y las expectativas y evitando que la gente participe en el futuro. Un punto de partida importante fue la consulta para determinar las preocupaciones y los sueños de los ciudadanos. Se utilizaron postales donde se preguntaba qué les gustaba y qué no les gustaba de su comunidad, se repartieron en bibliotecas, centros cívicos y restaurantes populares de la ciudad. También se repartieron en escuelas primarias, secundarias, preparatorias y universidades, a inversionistas y consultores y algo que fue esencial: a personas de la tercera edad cuya experiencia fue de incalculable valor. Dejo las 10 lecciones más importantes: 1. Nunca vayas solo, asóciate!, la participación de organizaciones de la sociedad civil asociadas con el gobierno es esencial. 2. Concéntrate en el aquí y el ahora, aunque parezca increíble lograr un plan a largo plazo implica concentrarse en el corto y mediano plazo 3.Hay que estar seguro que todo el proceso está debidamente apoyado, y esto requiere de un fuerte trabajo previo para lograrlo, 4. Movilizar a los niños, su interés por el futuro crea entusiasmo y ayudan a concentrase en los esfuerzos, ( aunque a nuestro editor no le gusten ) 5. Ser asertivo, no tener miedo de experimentar, aquí cabe la frase de que es mejor pedir perdón que pedir permiso, 6. Hacer ALTO! Criticar, evaluar y después continuar, no esperar hasta el final para evaluar, evaluar constantemente durante el proceso, 7. Hacer lo que se dice, no desestimar el poder de cumplir la palabra, 8. Comunicar, comunicar, comunicar, aún teniendo las herramientas adecuadas para comunicar esto puede hacer o deshacer el proyecto, 9. Asumir nuevas oportunidades en el camino que generen sinergias, no perder de vista nuevas iniciativas que fortalezcan el proyecto y 10. Creer en el proceso, hay que aprender a tener fe en nuestros proyectos. Y como pueden ver los procesos para construir una ciudad sustentable es muy similar a construir nuestros propios futuros.

Inversión en cultura


“Invertir en cultura significa tener territorios sin miedo “
Paulina Urrutia, ministra presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes en Chile



Claude Mollard, ingeniero cultural, afirma que “los políticos piensan que invertir en cultura es inútil. Se equivocan”, y estoy de acuerdo. Si tan sólo analizamos las gestiones sobresalientes en política a nivel nacional, estatal y municipal en todo el mundo, sobresalen aquellas donde la cultura va por delante y permea todos los ámbitos de la gestión política. No es casualidad que a Sergio Fajardo ex alcalde de Medellín, Colombia, se le nombró como el mejor presidente municipal del país o al alcalde de Barcelona, España, el mejor presidente municipal del mundo. Ambos asumieron como prioridad una política conducida por la cultura, dando sentido y pertinencia a su gestión, gestando una nueva ciudadanía más crítica, más participativa y más responsable. En 2004 el presupuesto enviado por el presidente Fox implicó una caída de 14.54 por ciento en el gasto para el rubro. El presidente Felipe Calderón propuso a la Cámara de Diputados un presupuesto para la cultura que, en términos reales, es menor en 2 mil millones de pesos al ejercido en el último año de Vicente Fox. Para hacer frente a la demanda cultural, que va de la mano con la demanda turística, hay que invertir en cultura. Todo esto es posible con un esfuerzo presupuestal que es muy reducido: en Francia el gasto en cultura representa el 1% del presupuesto del Estado. Y rinde diez veces más: 65 millones de turistas por año representa una cifra promedio de 70 mil millones de euros. La inversión en cultura no genera pérdidas sino que, al contrario, brinda beneficios sustanciales. En cincuenta años se podrá distinguir los países que se han desarrollado comprendiendo el principio de invertir en cultura de aquellos que no. Claude Mollard considerado “padre” del Centro Pompidou, alto asesor del gobierno de Mitterrand y pionero de la gestión cultural en Francia durante los años 1980-1990. Autor de diversos libros sobre la importancia del Estado en la cultura, afirma que todo lo que contribuye a desarrollar modos de financiamiento de proyectos culturales es bueno en sí, ya que estos proyectos, que miden el dinamismo de un país, carecen siempre de dinero para su ejecución. Las deducciones fiscales son uno de los instrumentos que permiten a las empresas soltar dinero para la cultura, sobre todo cuando ellas no lo hacen espontáneamente.
El peligro del mecenazgo es que fragiliza las inversiones en cultura: en períodos de crisis por ejemplo, y a pesar de las leyes, estas ayudas van a recortarse, poniendo en peligro las instituciones culturales que estas mismas empresas contribuyeron a crear. No creo entonces que el mecenazgo deba cubrirle las espaldas a un Estado avaro en lo cultural. Los dos modos de intervención son necesarios y complementarios. Pero la inversión pública debe ser prioritaria en los campos culturales que nunca serán rentables, como la formación artística, las ayudas a los jóvenes creadores de sectores menos favorecidos, las ayudas a la investigación.
"Hay gobiernos que afrontan la crisis económica haciendo severos recortes en el área de cultura. El de España no sólo intenta que esos recortes sean menos severos, sino que la cultura y el conocimiento sean esa palanca que permita el cambio, la transformación y nos dé este impulso para ese nuevo modelo de economía más sostenible", dice la ministra de Cultura, Ángeles González-Sin, “Sabemos que la cultura, además de comunicar valores, ser un referente y de proporcionar un diccionario a los ciudadanos con el que traducir a su experiencia vital los conflictos y los desafíos nuevos de esta sociedad tan cambiante, genera empleo, economía, y nos va a conducir un futuro mejor a todos los ciudadanos".

El espacio subyugado…la teoría del agujero pegajoso


"Lo que se comprende en un abrir y cerrar de ojos no suele dejar huella"
André Gide


Subyugar. tr.-prnl. Avasallar, sojuzgar, dominar poderosa o violentamente.
A propósito del taller que se lleva a cabo en el Centro Cultural Tijuana-Cecut por el arquitecto Arturo Ortiz Struck denominado Heterotopías: reflejos de lo cotidiano en el espacio público, un concepto que elaboró el filósofo Michel Foucault que habla de “el espacio en el que vivimos [...] es un espacio heterogéneo. En otras palabras, no vivimos en una especie de vacío, dentro del cual localizamos individuos y cosas. [...] vivimos dentro de una red de relaciones que delinean lugares que son irreducibles unos a otros y absolutamente imposibles de superponer.”. Éstos son espacios que están ni aquí ni allí, que es simultáneamente físico y mental, por ejemplo el espacio de una llamada telefónica o del momento en que usted se ve en el espejo. Me remite a una definición del espacio que he estado trabajando desde hace un tiempo y que por cierto no había escrito de manera pública: el espacio subyugado, el espacio subyugado por la dictadura de lo trivial, el espacio que nunca nos recibe, que pierde su identidad bajo el peso de una velocidad de la que hemos perdido el control. Espacios que han perdido la capacidad del silencio, inhóspitos, como describe el mundo Josep Quetglas en Arquitecturas de la indeterminación: “Vivimos en un mundo inhóspito. Aquí inhóspito no quiere decir yermo. No estamos en un desierto, a nuestro alrededor no hay ningún campo de ruinas, ningún montón de escombros va creciendo ante nuestros pies. No somos románticos, al contrario: nos sabemos viviendo en un paraíso inagotable, incolmable de objetos y maravillas. Da gozo cuanto hay. Inhóspito quiere decir inhospitalario. Las cosas que hay a nuestro alrededor no nos acogen, no permiten que vayamos hasta ellas para apoyarnos. Son riquísimas, hermosas, vivas, pero no nos aceptan. Cézanne decía de las cosas que eran esféricas. Él veía esferas, conos y cilindros por todas partes, en cualquier sitio donde enviara su mirada. Un mundo hecho todo él de superficies convexas, de objetos puestos de espaldas, donde no hay abierta ninguna concavidad para recoger la mirada”. Parecería un texto que habla del espacio sublime pero en esta forma de representación más bien señala su fin. Un espacio sublime que anuncia su decadencia. Al desconocer la percepción estética del espacio este se vuelve un espacio subyugado, dependiente de su propia percepción. Hay un texto de Julio Cortázar, “Teoría del agujero pegajoso” donde encuentro casualmente la clave de lo que denomino el espacio subyugado: “Hasta los quince años no hubo nada. Solamente un agujero rodeado de amor materno y tricotas y tablas de aritmética y partidos de fútbol. Una mañana, el agujero (…) se dio cuenta de que había que hacer algo para no reventar como una pompa de jabón (…) así que se volvió pegajoso (…). Atrapó primero unas pelusitas de aire, después la elegante costumbre de fumar tabaco inglés (…) y el nombre de Ramón (…). Se rodeó de una chaqueta de tweed, se vistió deportivamente y compró gadgets (aparatos) para resolver los problemas de higiene, la cocina, la calefacción, se volvió una autoridad en marcas de jabón de afeitar, la mejor gasolina para autos suecos, la sensibilidad adecuada de la película fotográfica en un día de niebla, se abonó a Times y a Life, se hizo una idea de Picasso, otra de los tocadiscos y las playas de veraneo y la alimentación y ahí va carrera arriba, subjefe, jefe, jefazo. Una voz sonora donde solamente unos pocos adivinan que la sonoridad le viene del agujero”. En este texto Julio Cortázar nos presenta un cuerpo que existe únicamente en tanto construido por un entramado de discursos sociales. El protagonista absorbe estos discursos que se van adhiriendo sobre su "vacuidad" y falta de cualquier tipo de cuestionamiento hasta finalmente adquirir consistencia corpórea. Observamos aquí a un cuerpo construido exclusivamente a partir de relaciones de docilidad-utilidad. Dependiente como el espacio subyugado. Talleres como el de Arturo Ortiz Struck o intervenciones de artistas como la del grupo El Group de Recherche d'Art Visuel, denominada
“un día en la calle” que presentan así: La ciudad, la calle, está cubierta por una trama de hábitos y de actos repetidos a diario. Pensamos que la gama de estos gestos rutinarios puede conducir a una pasividad total o crear una necesidad general de reacción. En esa trama de hechos repetidos y previstos de un día de París, queremos provocar deliberadamente una serie de acontecimientos puntuales. La vida de las grandes ciudades podría ser bombardeada de manera masiva (no con bombas), pero sí con situaciones nuevas, solicitando una participación y una respuesta de sus habitantes. No pensamos que nuestra tentativa sea suficiente para quebrar la rutina de un día de semana de París. Puede ser considerada solamente como un simple desplazamiento de situación, nos abren un momento de reflexión, de pensar el espacio para evitar hablar en el futuro de un mundo sin apoyos, resbaladizo…para evitar hablar del hombre subyugado.