domingo, 16 de mayo de 2010

Tu casa… ¿Es tu casa?

Porque yo ya no soy yo ni mi casa es ya mi casa
Federico García Lorca

A través del cine de Hollywood se creó la imagen de la casa allá por los años 50’s respaldada por los grandes inversionistas inmobiliarios: una casa en las afueras de la ciudad, rodeada de pasto, sin rejas con la escuela y el centro comercial cercanos como destinos obligados. Antes en 1940 en México el arquitecto Hannes Meyer, ex director de la Bauhaus, escuela de gran influencia en Europa y posteriormente en el mundo entero, escribía un artículo titulado “ El espacio vital de la familia” en el que plantea que: para las masas de trabajadores del pueblo mexicano, la renovación de las formas de vivienda de carácter rural y urbano constituye un problema esencial en el cuadro de las condiciones de vida de un “ México nuevo”. Las nuevas formas de vida de la familia mexicana pueden ser modeladas en el sentido de de una morada mejor sólo si se investiga metódicamente en el espacio vital de la familia y si de los resultados de este trabajo de investigación se sacan las consecuencias para el acondicionamiento de la célula habitable, bloque de vivienda y zonas de habitación. Como podemos observar en la actualidad esta proyección social de la arquitectura se ha ido desvaneciendo con proyectos que sólo responden a las presiones de la especulación inmobiliaria. En 1951 Heidegger, filósofo alemán, afirmaba que la verdadera crisis de la vivienda no consistía que hicieran falta viviendas, y lo manifestaba cinco años después de una guerra que destruyó millones de casas, sino que “la verdadera crisis de la vivienda reside en que los mortales están aún buscando el ser de la vivienda, y en que les hace falta, ante todo, aprender a habitar. En 1975 el arquitecto inglés Christopher Alexander lleva a cabo un proyecto de vivienda en Mexicali, Baja California, donde las futuras familias usuarias de estas viviendas participan en el diseño y la construcción de las mismas, para de esta manera las viviendas respondan a las necesidades específicas de cada familia, cinco en total en este proyecto. El arquitecto Alexander basa su iniciativa en que “el verdadero significado de la belleza, la idea de la casa como un lugar que expresa la propia vida, directa y simplemente, la conexión entre la energía de la gente y la forma de sus casas, la conexión entre la fuerza de los movimientos sociales y la belleza y el vigor de los lugares donde vive la gente, todo esto se ha ido olvidando y se contempla sólo como lo imaginado en una época de oro pasada…tratamos de realizar un proceso de edificar una vivienda en donde los sentimientos humanos y la dignidad humana estuvieran al frente, un proceso fundamentalmente humano en donde la gente integra sus valores con ellos mismos, en donde se forman lazos sociales, en donde ellos hacen raíces en la tierra, en donde las casas que se construyen tienen sobre todo significado humano, en donde simplemente la gente se sienta feliz y orgullosa de habitarlas y que no las dejarán por nada porque son sus casas, porque son producto de sus vidas, porque la casa es todo para ellos, la exacta expresión de su lugar en el mundo, la exacta expresión de sí mismos”. Tuve la oportunidad 15 años después de realizado el proyecto de hacer una entrevistar a los habitantes de este proyecto, con el apoyo de la licenciada en trabajo social Inés Favela quien fue a Mexicali a realizarla, la experiencia fue conmovedora y gratificante, los propietarios estaban orgullosos de sus viviendas, uno de ellos platicaba que se había tenido problemas económicos pero que encontró un rincón en su hogar perfecto para la lectura, junto a una ventana, donde se capacitó leyendo manuales de electricidad que le permitió iniciar una oficio productivo y dejar los problemas económicos por un lado, otra vivienda se quemó totalmente y la familia la volvió a construir exactamente igual que la original y cuando se les preguntó por qué no le habían hecho modificaciones tantos años después se limitaron a contestar que porque simplemente esa era su casa. Para entonces se habían construido unas unidades de condominios del INFONAVIT, muy cerca de este conjunto, que les costó más a sus propietarios (en el conjunto del arquitecto Christopher Alexander las casas individuales no rebasaron los 35,000 dólares), además las familias del conjunto adquirieron en el área un status distinto. Este episodio fue significativo y seguirá siéndolo para la arquitectura regional y sin embargo está relegado al olvido, parece que los colegios de arquitectos y las universidades no aprendieron nada de esta experiencia. En el 2002 el arquitecto Alejandro Hernández Gálvez en su excelente escrito “Notas sobre la casa” en la # 5 escribe: “Yo soy mi casa, el lugar donde habito, ahí donde soy y estoy. Estar en mi propia casa es estar conmigo mismo.” Y en la nota # 6: “Tu casa, le dice a Dorothy la bruja buena del sur – ¿o es del norte?-en el Mago de Oz cuando está a punto de hacerla volver a ella, tu casa es ahí donde está tu corazón, Yo soy mi casa dice Pita Amor, tu casa está en tu corazón dice la bruja”. Tu casa ¿es tu casa?

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