domingo, 16 de mayo de 2010

Democratización de la vida urbana. Iniciativas inteligentes



Tianguis (del náhuatl tianquiztli 'mercado') es el mercado tradicional que ha existido en Mesoamérica desde época prehispánica, y que ha ido evolucionando en forma y contexto social a lo largo de los siglos. La herencia de los tianguis es una mezcla de las tradiciones mercantiles de los pueblos prehispánicos de Mesoamérica, incluyendo el azteca y de los bazares del Medio Oriente llegados a América vía España. En el siglo XV, el tianguis se establecía en períodos determinados durante los cuales se reunían los vendedores de los pueblos de los alrededores para ofrecer sus productos en una plaza.
Los tianguis o mercados sobre ruedas han sido un aspecto de la ciudad que se ha dejado como algo inevitable y por lo tanto no se le presta atención. Sin embargo en nuestra cultura son importantes en la economía familiar y en el sentido de uso del espacio público de manera libre. El tema de los tianguis es una oportunidad de tomarlos en cuenta dentro de un desarrollo urbano orientado a la democratización de la calidad de vida. Son verdaderas fuentes de redistribución del desarrollo, en el sentido de que esta actividad económica involucra una red ligada a una realidad social de los sectores más vulnerables. Se necesita entenderlas como inversiones urbanas, como infraestructuras más “soft” que una inversión en pavimentos, pero que esta “suavidad” tiene que ver con la democratización de la calidad de la vida urbana y de la recuperación de barrios vulnerables. Es evidente que abordar este tema con esta perspectiva no se ve en el diseño de las políticas públicas y la forma de reacción de los municipios resulta poco realista. Como proyecto urbano conforman una estructura comercial y productiva cuyas bases se anclan en espacios muy locales,; los “emprendedores” son vecinos, por lo que los prestadores de servicios están a una altura similar en la escala social e incluso dentro del espacio en el que se vive. Algo tan abstracto como el “desarrollo económico” es visible e incluso apropiable. Esto es todo lo contrario a un supermercado de una empresa de menudeo, donde quienes son “dueños” jamás formarán parte de la misma experiencia de sus clientes, articulándose como instituciones sin rostro, incluso probablemente empresas transnacionales. Además refuerzan el valor del comercio informal, un gran patrimonio cultural y productivo que nos cuesta entender, y rompen con la visión imperante de la zonificación y la especialización de usos, mezclando infraestructura vial (calles) con una plaza, un mercado, una plataforma de servicios. Se trata de un campo poco estudiado y en el que no se invierte mucho. Hay esperanzas de cambio: en Chile, país cuyo desarrollo se ha visto en aumento a la par que una reflexión seria y crítica de su entorno ha emprendido acciones en el tema. Los tianguistas que participaron en el Programa de Modernización de Ferias Libres(tianguis) implementado por el Servicio de Cooperación Técnica (Sercotec) se vieron beneficiados con una importante inversión estatal y es de las pocas veces que puede apreciarse una política pública real de apoyo al desarrollo económico local que los tianguis representan. En el mencionado programa “los objetivos de las postulaciones abordaron aspectos como la disminución de brechas para aumentar la competitividad en los mercados locales; obtener una mejor organización gremial y desarrollar programas de asistencia técnica, como gestión empresarial, modelo de negocios, comercialización e impacto ambiental, entre otros”. Además la alianza entre la Asociación Chilena de Ferias Libres, y algunos municipios, hizo posible la realización de la jornada de promoción del consumo de frutas y verduras, bajo el lema "De la Tierra a su Feria", la cual tiene como propósito enseñar a los vecinos a cocinar de manera saludable y ahorrar dinero en esta época de crisis. Un alcalde municipal señaló que "es fundamental cuidar la salud y el bolsillo de los chilenos, por eso nos dedicamos mucho a tiempo a preparar esta actividad, ya que su propósito es enseñarle a los vecinos a cocinar de manera saludable, utilizando productos como frutas y verduras que son más baratas también y, permiten hacer comidas ricas ahorrando unos pesos en esta época en que el dinero escasea. En la oportunidad, el público pudo conocer de las técnicas de cultivo de frutas y hortalizas, consejos de alimentación saludable, aprender recetas económicas realizadas en bases a frutas y verduras con chef profesionales, se realizaron actividades para los niños y hubo degustación gratuita de frutas, verduras y jugos naturales”. Pero no todo se acaba aquí, el grupo ELEMENTAL un Do Tank asociado a la Pontificia Universidad Católica y Copec, que tiene su foco en el diseño e implementación de proyectos urbanos de interés social e impacto público y que se sustenta en tres principios:
A. Pensar y construir mejores barrios, viviendas y equipamiento urbano es indispensable para el desarrollo y para romper círculos viciosos de inequidad en nuestras ciudades;
B. Para que este salto cualitativo resulte relevante, los proyectos son construidos bajo condiciones de mercado y políticas públicas estándar, buscando hacer “más con lo mismo”;
C. Por calidad se entienden proyectos cuyo diseño asegure la valorización de la inversión en el tiempo, para dejar de considerarse meramente “gasto social” propone una solución arquitectónica a los tianguis o mercados sobre ruedas: partiendo que cada vez más, los tianguis deberán reubicarse en la ciudad, formalizando su instalación en espacios especialmente adaptados, con nuevos y mayores estándares sanitarios, el proceso paulatino de reubicación de los tianguis es una enorme oportunidad de dotar de espacios públicos a sectores de la ciudad que tienen un histórico déficit en ese sentido. Los espacios diseñados para las ferias deberían ser pensados para responder a más de un requerimiento, incluyendo la ecuación del tiempo (espacio) disponible para la comunidad los días en que no opera la feria. La propuesta consistente en un gran techado ligero más la pavimentación necesaria para el manejo de la basura y la circulación de mercancías, la iluminación, cubiertas y los servicios sanitarios, debieran tener la doble condición de ser además multi-canchas, espacios multiusos, paseos o simplemente la sombra que la periferia no tiene. Las obras mínimas tienen un potencial enorme para convertir la mera infraestructura en un buen lugar. Una iniciativa inteligente que bien puede ser una señal de cambio en beneficio de un espacio público más amable.

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