jueves, 20 de mayo de 2010

Ciudad en movimiento. La calle es nuestra…de todos!



Todos hemos sufrido la falta de planeación en nuestras ciudades sobretodo en lo que respecta a la movilidad dentro de ellas. Ahora mismo somos testigos de un gran proyecto de pavimentación en la ciudad, que no trasciende del sólo hecho de una plancha de concreto de miles de metros cuadrados donde la oportunidad de replantear conexiones viales , de diseñar ciclovías, ligar espacios públicos, el rediseño del mobiliario urbano y la señalética, rutas peatonales tangenciales, donde sin necesidad de un estudio profundo, las reclaman, el diseño de nuevos espacios verdes simplemente no se contempla. La planeación integral nos conduce a optimizar rutas, borrar los límites entre áreas urbanas con distintos niveles de urbanización con la inclusión de proyectos de desarrollo, tanto culturales como educativos y de recreación y redistribuir las rutas del transporte público que optimizan la movilidad. Carecemos de un proyecto que beneficie la movilidad de las personas con capacidades diferentes. Se requiere valorar y difundir las experiencias y conocimientos sobre la ciudad en movimiento para sensibilizar tanto al ciudadano como a los gobiernos que impacten en la cultura y valores cívicos. En Francia se creó El Institut pour la ville en mouvement una asociación sin fines de lucro, por iniciativa de PSA Peugeot Citroën en el año 2000 que cuenta con el apoyo de otros patrocinadores públicos y privados. Tiene su sede central en París y está conducido por un Consejo Científico y de Organización, que integran destacadas personalidades académicas, profesionales, políticas y empresarias, entre los cuales se cuentan los alcaldes de Stuttgart y Casablanca. El Instituto tiene, además, sedes en Shanghai y recientemente en Buenos Aires, donde se acaba de crear un centro de proyectos, investigaciones y acciones para América Latina, cuyo director es el Arq. Andrés Borthagaray, quien también integra el Consejo Científico y de Organización. El Instituto para la ciudad en movimiento es un punto de encuentro para aquellos que piensan, hacen y viven las ciudades. Su propósito es acompañar las mutaciones de la movilidad urbana en el mundo y contribuir al desarrollo de una cultura de la movilidad que combine el conocimiento y el placer del movimiento en la ciudad. Gran parte de las acciones del Instituto se desarrollan conjuntamente con los habitantes de las ciudades, instituciones públicas y privadas y empresas. Distintas acciones que favorecen las movilidades urbanas de personas en dificultad fueron llevadas a cabo por el Instituto en varias ciudades del mundo: un atlas de transporte público en relieve para no videntes, un taxi a la demanda para los estudiantes, formación para la lectura de planos de ciudades. En cada caso, el Instituto aspira a ocuparse de las necesidades que se presentan en diversos aspectos de la movilidad, asociado a otros actores si es posible, y a proponer y ensayar soluciones innovadoras. El Instituto hace énfasis en que la movilidad es un derecho que depende de los medios técnicos disponibles, pero también es cultura, referencias, códigos. Desplazarse en una ciudad no sólo es “poder” sino también “saber”, descubrir el placer de encontrarse, evitarse y respetarse, de aprovechar los intercambios preservando al mismo tiempo la intimidad. El Instituto cruza los enfoques y las culturas en el marco de sus investigaciones y sus acciones en el terreno: es una nueva manera de hacer, que favorece los encuentros entre las personas y sensibiliza la opinión, en particular, gracias a la organización de manifestaciones públicas y a la difusión de informaciones (folletos, sitio Internet, etc.). Estas prácticas buscan estimular la reflexión en torno a las nuevas maneras de desplazarse e inducir a nuestras sociedades a interrogarse sobre el movimiento en la ciudad, abriendo así nuevas perspectivas para encontrar soluciones. Es verdad que la teoría de “la ciudad de fragmentos”, discurso urbano dominante por varias décadas, aún vigente en algunas ciudades, en el que las características principales son la promoción de acciones y proyectos focalizados reemplazando visiones generales, la idea de fragmentación como una forma de resguardar y potenciar las “identidades urbanas” y la reivindicación del sector privado como el principal protagonista en la construcción de la ciudad, ha hecho de las vialidades un elemento que fragmenta, que divide y no un elemento de cohesión social. El derecho a la movilidad de las personas implica la atención a todas las formas de desplazamiento. Supone, por tanto, la intervención de la administración pública para garantizar una oferta de espacio público adaptado y de sistemas de transporte para ello. En este sentido, las técnicas habituales con que se ha enfocado esta problemática (los denominados métodos de demanda y su instrumental de modelos de tráfico) han mostrado claramente sus insuficiencias, dando como resultado la predominancia del automóvil en la calle, que es el espacio público por excelencia. La ciudad en movimiento requiere con urgencia ciudadanos en movimiento.

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